Mapas en Historia National Geographic nº61
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Mapas publicados en Historia National Geographic nº61 | |
ara el número 61 de Enero de 2009 de "Historia National Geographic", EOSGIS realizó dos mapas:
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Durante el siglo V a.C., el poderoso Imperio persa y las ciudades-estado de la Grecia continental se enfrentaron en dos terribles contiendas que acabaron con la victoria final de los griegos, que impulsó en Atenas el desarrollo del primer régimen democrático de la historia. En 490 y 480 a.C., dos invasiones masivas estuvieron a punto de someter Grecia al Imperio persa. Lo impidieron las victorias de Maratón y Salamina, que llevaron a Atenas a crear el primer régimen democrático de la historia. La democracia ateniense era un régimen político que gobernaba Pericles y en el que todos los ciudadanos tenían derecho a participar, votando en las asambleas o siendo elegidos para los distintos órganos políticos. Ésta forma de gobierno se había forjado en un proceso desencadenado por las dos invasiones que el Imperio persa lanzó contra Grecia, en 490 y 480 a.C. Los ataques persas dieron lugar a las llamadas guerras médicas, llamadas así por los medos, el primer pueblo iranio que entró en contacto con los griegos y que luego sería sustituido por los persas, también iranios. A mediados del siglo VI a.C., el fundador de la dinastía aqueménida, Ciro el Grande, inició su conquista del Próximo Oriente y los griegos comenzaron a sentirse amenazados por el expansionismo persa. Las ciudades jonias de Asia Menor se convirtieron en tributarias del Imperio persa. El año 490 a.C., una gran flota dirigida por los generales persas Datis y Artafernes se ocupó de la conquista de buena parte de las islas del Egeo, esclavizando a sus habitantes. Cuando las naves fondearon en la bahía de Maratón el ejército ateniense acudió a oponer resistencia y derrotó a la poderosa máquina militar asiática, perdiendo tan sólo 192 soldados frente a los 6.400 persas que, según el historiador Heródoto, perecieron en la batalla. Cuando el hijo de Darío, Jerjes, subió al trono, envió un potente ejército contra Atenas y los griegos. Nada menos que cerca de dos millones de soldados a pie y caballería, y una flota de unos 1.200 trirremes y 3.000 pentecónteros, cuyas tripulaciones sumaban algo más de medio millón de hombres. Corría el año 480 a.C., Jerjes venció en las Termópilas, pero fue derrotado en la batalla naval de Salamina. Jerjes decidió regresar a Asia, pero dejó a su general Mardonio al frente de un todavía enorme ejército en Grecia. Al año siguiente, fue aniquilado en la batalla de Platea, donde el propio Mardonio encontró la muerte. Las guerras médicas habían concluido, pero Grecia quedó totalmente devastada; los estragos y las pérdidas humanas afectaron a buena parte del país. Pero el duelo librado entre el Imperio persa y los griegos tuvo un efecto esencial en Europa: la construcción en Atenas del régimen democrático más avanzado del mundo. |
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En el siglo III a.C., el gobernante del reino de Qin sometió a los demás reinos de China y se proclamó primer emperador. Tan temido como odiado por sus súbditos, Qin Shihuang di se hizo enterrar en un vasto mausoleo custodiado por un imponente ejército de terracota. Tras someter a los otros seis reinos en que China estaba dividida, Zheng, señor del reino de Qin, tomó el título de Shihuang di, «primer emperador». De su enorme poder da idea el ejército que le acompañó en su viaje al Más Allá. Durante milenios la figura de Qin Shihuang di, el Primer Emperador, ha sido denigrada por la historiografía oficial china. Los diversos testimonios tendían a presentar a este soberano de finales del siglo III a.C. como un déspota paranoico, que oprimió duramente a su pueblo. No es de extrañar que a su muerte estallara una rebelión que arrasó el vasto palacio real y su capital de Xianyang. Se decía que estaba tan loco que, una vez, ordenó arrasar la vegetación de una montaña que le cortaba el paso y pintarla de rojo, como se hacía con las cabezas rapadas de los condenados; y que en otra ocasión ennobleció a un árbol que le había dado cobijo. Fue el primer unificador de China, tras someter a los «reinos combatientes» y realizar reformas de gran calado, entre ellas la construcción de la Gran Muralla, pero sus campañas de conquista provocaron centenares de miles de trabajadores forzados y de víctimas. Para construir la Gran Muralla, el emperador Qin Shihuang di unió las murallas erigidas por gobernantes anteriores, y culminó esta imponente obra que se prolonga más de 6.000 kilómetros y cuya función era detener las incursiones de los pueblos de las estepas. La imagen tradicional sobre Qin Shihuang di empezó a cambiar en época reciente. En 1972,una elogiosa biografía de Qin Shihuang di, publicada por un oscuro historiador, Hong Shidi, consiguió vender 1.850.000 ejemplares en menos de un año. Ello despertó una cierta curiosidad por el túmulo funerario del Primer Emperador que se yergue en las afueras de Xi’an, donde también había estado ubicada la capital de la dinastía Qin, Xianyang. El enorme montículo bajo el que se halla su tumba se encuentra todavía por excavar, pero los sorprendentes hallazgos de la imponente construcción han dejado al país boquiabierto. Los testimonios de la época refieren que en la fastuosa cámara funeraria de Qin Shihuang di los artesanos recrearon la bóveda celeste y el territorio de China en relieve. El mausoleo del Primer Emperador ocupa el centro de su vasto complejo funerario, donde se sitúa el túmulo, aún sin excavar. Recientemente han aparecido pequeños fosos con esqueletos humanos, tal vez de los trabajadores que erigieron la tumba. También hay restos de animales exóticos, que parecen confirmar que el emperador creó el primer zoológico de China. Todo el complejo está protegido por el impresionante ejército de terracota desenterrado en tres fosas situadas a 1,5 kilómetros del túmulo.
Puede encontrar más información acerca de éstos artículos en: http://www.historiang.com |
Revista CartoGrafia http://www.cartography.me - http://www.eosgis.com